Las casas llamadas “Jurahaus” se reparten por el valle del río Altmühl, situado en el corazón de Baviera. Se trata de casas y cobertizos de tejados construidos con piedra jurásica de canteras cercanas. Estas construcciones se caracterizan precisamente por sus tejados de leve inclinación y piedra caliza. Para las paredes se usan bloques de piedra que, como los demás materiales de construcción, provienen de los alrededores del valle.
Historia
Las casas “Jurahaus” existen desde el siglo XI y finales de la Edad Media. Se empezaron a construir para relevar los anteriores tejados de paja, que en esta región del río Altmühl pasaron a reservarse para edificios representativos como, por ejemplo, iglesias.
Hacia el año 1800, muchas de estas casas se construían con paredes exteriores de madera y mampostería mezclada con escombros y barro, pero en el siglo XIX se empezaron a levantar muros de piedra de canteras cercanas.
Diseño
Las casas “Jurahaus” suelen tener una forma prácticamente cuadrada con un pasillo central desde el que se abren los diferentes espacios y cuartos. Lo mismo ocurre con los cobertizos. La mayoría de las casas contaban en la planta baja con un pequeño cuarto para el ganado menor o bien con un cobertizo adosado para animales más grandes.
La cocina se calentaba con una chimenea de humo abierta que servía a la vez de estufa. La mesa del comedor se situaba en un rincón de la habitación, la luz llegaba desde dos lados a través de estrechas ventanas cuadradas. Para las paredes interiores se solían elegir pinturas muy coloridas, y en los techos se aplicaba una amalgama de barro.
La fachada de las casas “Jurahaus” es sencilla y se caracteriza por un voladizo del tejado muy bajo, con una leve inclinación de entre 27 y 30 grados, construido con losas rotas de piedra caliza, que se solapan entre sí al menos cinco veces y se sostienen gracias a su propio peso.
Estas losas se colocan sobre troncos de abeto. Un tejado de piedra caliza pesa unos 250 kg por m². En los tejados antiguos que se han tenido que reparar varias veces, ese peso puede llegar a una tonelada, lo que requiere vigas robustas.
En el siglo XIX se inventó un sistema trenzado para optimizar la cubierta de los tejados, ya que se logró que bastaran dos capas de losas. Debido a su escaso aislamiento térmico, este sistema se usaba principalmente en cobertizos.
Después de 1945, muchas de estas casas fueron demolidas porque ya no se consideraban "modernas". Sin embargo, las casas “Jurahaus” y sus cobertizos suponen uno de los pocos conjuntos urbanísticos que siguen existiendo en el paisaje bávaro y merecen ser conservadas como parte del patrimonio regional.
Ahora les vamos a explicar las particularidades de la piedra caliza que se usa para construir los tejados de estas casas típicas de la región.
La piedra caliza
Dicha piedra caliza se remonta a los largos períodos de la era mesozoica, cuando grandes partes del sur de Alemania estaban cubiertas por el mar. Aquí, las calizas crecieron como arrecifes y se formaron mediante el lento depósito y compactación de sedimentos ricos en cal. Las rocas resultantes no son diferentes solo en su aspecto, sino también en su composición química y utilidad técnica.
En algunas canteras, la piedra caliza se encuentra en un estado excepcionalmente puro, adecuado para usos especiales como la fabricación de pintura de cal completamente blanca. Sin embargo, en general, la piedra se encuentra en estados que afectan a su utilidad técnica. Así, la piedra caliza con cierto contenido de arcilla es adecuada para fabricar cemento. También es frecuente que se encuentre mezclada con arena, lo que puede dar lugar a cualquier etapa intermedia desde la piedra caliza pura hasta la arenisca.
La piedra caliza con un alto contenido de magnesio se convierte en "dolomita", una roca especialmente dura y resistente a la intemperie. En términos geológicos, el "mármol" se refiere a la piedra caliza pura con granos cristalinos.
Por último, les vamos a proporcionar más información sobre los conjuntos de vivienda y cobertizos que caracterizan estas construcciones típicas de la región
Conjunto de edificios
La casa “Jurahaus” muestra su particularidad formal ante todo mediante un conjunto de edificios.
El derribo de este tipo de edificaciones en los años 60 del siglo pasado acabó irremediablemente con la mayoría de estos conjuntos urbanísticos en pueblos y también localidades más grandes, como aquí en Eichstätt. Por fortuna, aún es posible encontrar algunos edificios que siguen en pie.
A diferencia de los cobertizos comunes, que solían estar integrados en las casas destinadas a la vivienda, los graneros de las casas “Jurahaus” eran casi siempre construcciones independientes. La escasa abertura de sus ventanas confiere a los graneros un aspecto especialmente macizo. Al llegar a ser incluso más grandes que las casas, estos edificios han caracterizado de forma significativa el paisaje de los pueblos bávaros de la región del río Altmühl. Además de su utilidad económica, los graneros también cumplían una función representativa para mostrar la riqueza de sus habitantes.
Otras dependencias eran los cobertizos, que originalmente servían de graneros y más tarde asumieron la función de almacenes. También había hornos y bodegas exteriores.
Casas para todos/as
Las típicas casas “Jurahaus” han evolucionado con las necesidades y posibilidades de sus habitantes, quienes procedían de diferentes clases sociales. Así pues, las casas suponen un reflejo de las estructuras sociales de los pueblos desde la Edad Media hasta el siglo XX.
Mientras que las clases más bajas tenían que limitarse a lo estrictamente necesario, los propietarios ricos podían presumir de su riqueza con las características y amplias estancias de sus casas. La casa “Jurahaus” cubre las necesidades de todas las clases sociales, desde los jornaleros hasta los granjeros de una estancia más grande, pasando por la prestigiosa posada o la rica finca molinera.
Übersetzung: Die Studierenden aus dem Kurs „Landeskunde/Kulturwissenschaft II (Spanisch): Discursos identitarios sobre Andalucía“, Wintersemester 2023/24